Creo en la fuerza de la delicadeza.
Educar puede llegar a ser una tarea complicada: acompañar y apoyar emocionalmente a tus hijos*hijas, cómo poner límites, afrontar una separación... De repente no funciona como te lo habías imaginado.
En mis sesiones, te ofrezco mi experiencia como educadora de apoyo para la crianza y mi talento para empatizar y entender a los niños*niñas, ya sea para ayudarte a superar una fase más difícil, para resolver esas pequeñas dudas que tienes o para potenciar las competencias de tu hijo*hija.
Porque la hierba no crece más rápido por tirar de ella, mi enfoque es sensible, libre de presión y con todo el tiempo que sea necesario.